viernes, 12 de enero de 2024

Si la ansiedad climática te hace sentir desesperado, planta un jardín

El mundo es un lugar complejo lleno de cosas de qué preocuparse. El estado de nuestro clima es un problema importante. Estas preocupaciones han llevado a una condición llamada ansiedad climática (o ecológica). La ansiedad climática se manifiesta de diversas formas y puede provocar estrés y mala salud mental. La constante avalancha de noticias sobre incendios, terremotos, tsunamis, huracanes y otros desastres naturales refuerza esta tendencia poco saludable.

¿Qué es el miedo al cambio climático?

El miedo climático es una nueva palabra de moda, pero el problema existe desde hace mucho tiempo. También llamada ecoansiedad o ecoduelo, es un trastorno psiquiátrico y emocional. El miedo medioambiental probablemente ya existía en la Edad Media, cuando fenómenos naturales inexplicables aterrorizaron y devastaron a los primeros humanos. Nuestra especie intenta explicar lo inusual o raro a través de la ciencia, la religión y otros medios para darle sentido a lo que no tiene sentido. Pero los desastres actuales parecen ser impulsados ​​por nuestras propias malas prácticas de gestión a medida que envenenamos nuestra Tierra. Esto conduce a la culpa, la frustración, la ira y una sensación de falta de sentido.

Síntomas de la ansiedad climática

Cualquier médico te dirá que cada paciente es diferente. Esto también se aplica a los síntomas de la ansiedad climática. La depresión climática es un síntoma comparable a la depresión clínica en su capacidad de interferir con la vida cotidiana. El estado de ánimo, el comportamiento e incluso el pensamiento pueden verse afectados. Los escenarios apocalípticos orientados al futuro, los pensamientos intrusivos, las acciones precipitadas y otras acciones negativas desempeñan un papel destacado en alguien con ansiedad ambiental. Los síntomas fisiológicos pueden incluir insomnio, dificultad para respirar, palpitaciones, ataques de pánico, pérdida de apetito y otros. Los sentimientos de debilidad e irritabilidad son el resultado de tales cambios físicos.

Impacto del miedo climático en la sociedad

El dolor ambiental es un problema global. Casi todas las civilizaciones se ven afectadas por los cambios en nuestro planeta y las catástrofes resultantes. En Estados Unidos, más del 90 por ciento de los adultos informaron sentirse deprimidos durante varias semanas debido al calentamiento global y los desastres naturales resultantes.

En la sociedad, el efecto es similar al que ocurre en una carrera política en la que dos bandos compiten entre sí. Esto deja fuera el diálogo abierto y el compromiso, una situación que no ayuda en absoluto. El bando que tiene la cabeza metida en la arena no puede comunicarse eficazmente con el bando que teme el fin del mundo. Un estancamiento así no conduce a un cambio de políticas efectivo.

Los medios y la depresión climática

Parece que no podemos encender la televisión o abrir una página web sin llevarnos un susto. Los medios sociales y tradicionales están llenos de historias sobre tragedias naturales globales. Y algunos de estos medios y redes sociales están tergiversando los hechos, empeorando aún más una situación ya compleja y preocupante. Encontrar fuentes en las que pueda confiar y hacer su tarea puede ayudarle a garantizar que los hechos sean veraces. Tomar ciegamente cada estudio o historia que leemos al pie de la letra puede llevarnos por el camino de información no científica y no probada. A veces lo mejor es apagar la televisión, desconectar la computadora y abrir un libro.

Cómo lidiar con la ansiedad climática

Los expertos sugieren salir al aire libre para combatir los temores sobre el cambio climático. Las actividades saludables como caminar, caminar o simplemente alimentar a los patos pueden promover la relajación y una sensación de conexión con la naturaleza. La jardinería, el voluntariado en la restauración de tierras y otras actividades de conservación pueden fomentar un sentido de conexión con la tierra. Participar activamente en actividades cívicas como votar, colaborar con funcionarios para lograr cambios, protestas pacíficas, etc. crea una sensación de marcar la diferencia.

La sensación de falta de control es uno de los presagios de la ansiedad climática. Asumir la responsabilidad personal y desarrollar un estilo de vida que refleje los valores propios son formas de recuperar algo de control. Puede resultar útil desarrollar un sentido de contribución y expresar una postura y perspectiva personal sobre cuestiones que superan nuestra capacidad individual para cambiarlas. La jardinería y la mejora del entorno natural pueden ser la mejor manera de lograrlo.

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