La jardinería es una mentalidad que no requiere tierra ni semillas para desarrollarse. Cualquiera que disfrute del exquisito sabor de un tomate recién sacado de la huerta tiene la habilidad innata de ser jardinero. Si te gusta oler rosas, lilas o madreselva, tienes lo necesario para ser jardinero. Si le gustan las verduras de cualquier tipo, es posible que lleve la jardinería en la sangre. Incluso si no te gustan nada las verduras, estás listo para convertirte en jardinero. Básicamente, la jardinería es para todos.
La jardinería es una de las pocas cosas en la vida en las que tienes control total sobre por qué lo haces, cuándo lo haces, dónde lo haces y cómo lo haces. Y una vez que lo hayas hecho, tendrás algo que mostrar por tu trabajo. Ya sea que haya tenido éxito o no, ha logrado algo único.
Una calabaza gigante en el Jardín Galileo
En este punto, muchas personas responden con la falta de un pulgar verde o incluso la posesión de un pulgar negro. Mi contrapunto es que he matado más plantas de las que muchos jardineros jamás cultivarán. Trabajé en el jardín durante décadas antes de convertirme en un maestro jardinero. Fue en ese momento que me enteré de las muchas cosas que había estado haciendo mal durante tanto tiempo. Pero eso no ha detenido la devastación.
A medida que mi confianza creció, planté y maté muchas más plantas. Sigo cometiendo errores de jardinería. Es parte del proceso.
Claro, preferiría tener siempre éxito y nunca causar dolor o muerte a una planta, pero la jardinería no se trata sólo de éxito. Se trata de participar en una actividad que se ha demostrado que aumenta e incluso prolonga el disfrute de la vida. La jardinería es buena.
Mucha gente piensa que, como jardinero, necesita un terreno para una actividad que requiere mucho tiempo. Nada puede estar más lejos de la verdad. Una sola maceta en tu patio con una planta viva te convierte en jardinero. Si esa única planta es un tomate o un pimiento, eres un horticultor. Si es una caléndula o una margarita, eres un jardinero de flores. Si es albahaca o tomillo, eres un jardinero de hierbas. Si tienes un ciruelo en tu jardín y cosechas el fruto, tienes un mini huerto y eres horticultor.
Ciruelas en mi ciruelo
Una vez que te hayas dado cuenta de que probablemente eres un jardinero de corazón, ya sea a través del pensamiento o demostrando lo que cultivas, puedes comenzar a ampliar tus conocimientos de jardinería y pensar en agregar más plantas a tu repertorio. Si ya tiene esta propiedad y está comenzando un jardín de vegetales, hierbas o flores, considere qué puede hacer para crecer y experimentar más.
El invierno es un buen momento para pensar en tus planes de jardinería para el año. Considere agregar otra maceta a su patio, quitar un poco de césped y crear un huerto, o aventurarse a cultivar árboles frutales. Durante los meses fríos, pase tiempo adentro investigando y aprendiendo. Habla con las personas que conoces y que consideras jardineros y pídeles consejo sobre la mejor manera de empezar.
Con un poco de conocimiento, la jardinería requiere menos tiempo que la mayoría de las actividades cotidianas, pero puede ser mucho más gratificante. El tiempo y el esfuerzo adicionales pueden generar abundante alegría y satisfacción. Y al final del día puedes llamarte jardinero.
He trabajado en el jardín a tiempo completo durante dos años para un proyecto de huerto escolar fenomenal. Como resultado, las publicaciones de mi blog sufrieron. Pienso remediar esto compartiendo nuestras aventuras en jardines creados por y para niños. Me llamo jardinero y comparto esta actitud con una nueva generación. Espero con ansias los días en que estos estudiantes se llamen a sí mismos jardineros.
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